lunes, 19 de septiembre de 2011

EL OJO.


El sol, desangrado sobre las nubes, abatido lentamente por el horizonte inmisericorde, deja perder, trémulo, sus últimos destellos amenazantes contra la nocturnidad. Y llegó la noche.
Y de pena, amarga y desgarradora, pena negra, mueren los astros en el horizonte.

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